Te quedan balas para disparar

pero las lanzas todas en el mismo disparo.

Después del abandono no me trajiste flores y entonces nada cubrió el frío camino de tu marcha. He dejado de pensar en dónde estás desde que no me encuentro a mí misma estando sin ti.  

Sólo quiero que vengas a acariciar con tu tacto suave el principio de mi alma, que tus dedos se fundan en mi espalda. 

Sexto sueño del que me despierto vacío.

Si me das a elegir 

entre tú y mis ideas

que yo sin ellas

sólo estoy más perdido, ay amor.

No me quedo contigo.

Has llamado a mi ventana de cristales rotos hoy, justo cuando más miedo me daba asomarme a ver la vida pasar. Me dijeron que tuviera cuidado con lo que soñaba, y cuando se hizo realidad sólo fui capaz de salir corriendo.

Ojalá te vuelva a ver mirando que se ve tras mi ventana de cristales rotos, pero siempre cuelgas.

Quinto piso vacío del que no sé si saltar.

Los monstruos también se enamoran, pero ¿y si de ellos no se enamora nadie?

Justo al lado del órgano que bombea sangre hay una bomba, pero lo único que el mundo es capaz de ver son las chispas de lo que pronto erosinará. Sí del drama se vistiera de seda... Seguiría pasando frío

Ya no hay ganas de seguir el show, ni de continuar fingiendo.

Cuarto vaso casi vacío.

Hablaba de todo lo malo pero decía que el amor valía la pena porque todavía me quedaban cosas buenas. Al final no fui mi villana favorita pero tú sigues siendo James Dean.

Algo así como tenerle miedo a volar y poseer bajo la almohada el nombre de todos los huracanes.

We can't be heroes

just for one day.

Tercer vacío existencial del mes.

Quizá no nos quedaba tiempo.

La mediocridad se me asemeja a una televisión averiada en la que siempre pronostican tormenta. Y el amor ahora parece ser una competición a beso o muerte.
El olvido es todo lo anterior y todo lo que todavía nos queda por sufrir.
No me mires, que estoy llorando.

Oniria jamás encuentra a Insomnia, pero las dos conectan bien.

Segunda vez que vacío el congelador.

De pesadillas más largas me he despertado,
y de noches más suicidas que la vida del funambulista empeñado en hacer equilibrios sobre la cornisa, he vivido.
Y ahora muero cada vez que abres la boca y no pronuncias mi nombre.

Sufre mamón, entre polvos pica-pica.

Primer vacío.

Ahora que la luna viene a verme cada vez más temprano,
que el sol me abandona demasiado pronto.

Noviembre siempre fue muy triste, y tú no viniste por eso te declaré la guerra.